martes, 29 de marzo de 2011

HASTA EL FINAL

Modificación y arreglos de un relato encontrado.

A diferencia de la mayoría de los días, este amaneció frío y gris junto al Puente. Los animales recién llegados no sabían que hacer, nunca pensaron en este momento. Aquellos que llevaban más tiempo esperando a sus personas queridas sabían que sucedía, y comenzaron a congregarse en el camino esperando su turno. Y, uno a uno, cruzaban el Puente junto a sus dueños y amigos…

En esto llegó un perro viejo, cabizbajo y con la cola caída. Se acercó lentamente, y aunque no mostraba signos de lesión o de enfermedad sufría un gran dolor en su alma. Al contrario que a los animales que se congregaban en el camino, a este no se le había restaurado su juventud y vigor. El pobre perro se sentía fuera de lugar, y sólo deseaba cruzar cuanto antes para poder descansar. Cuando se acercó al Puente, con intencion de pasar, un ángel le cerró el camino, se disculpó, y le explicó que no se permitía pasar a los animales con el espíritu quebrantado; solamente a aquellos acompañados de su gente les estaba permitido cruzar. No teniendo a nadie y sin otro sitio donde ir el perro caminó, penosamente, hacia el campo frente al Puente.
Allí encontró a otros como él; solos, tristes, desalentados. A diferencia de los otros animales que esperaban para cruzar, estos animales no corrían ni jugaban; sencillamente estaban echados sobre la hierba, mirando fijamente y con desesperanza el camino que cruzaba el Puente.
El perro ocupó un lugar entre ellos, mirando el camino y aguardando, sin saber realmente qué esperar. El recién llegado le preguntó a un gato que llevaba allí bastante tiempo: -” ¿qué sucede ahora?”
El gato respondió: -“estos pobres animales vivieron solos, abandonados ó maltratados, y nunca encontraron un hogar en la tierra. Al no haber tenido una persona propia a la que amar, no tienen a nadie a quien acompañar a través del Puente”
-“¿entonces qué le ocurrirá a esos animales?”, preguntó el viejo perro. Antes de que el gato pudiera contestar, las nubes comenzaron a abrirse y el frío dio paso a un sol radiante. El gato dijo: -“mira y verás”.



En la distancia apareció una persona que caminaba hacia ellos. Ahora, una cálida luz dorada bañaba a los tristes animales que estaban echados en el campo, y de repente, todos sanaron y se pusieron en pié sabiendo, por fín, su destino. Los animales inclinaban sus cabezas según se les iba acercando esta persona, y para cada frente inclinada, la persona tenía una rascadita y una caricia. Entonces todos los animales, ahora jóvenes y sanos, rodearon a la persona y juntos caminaron, a través del Puente, a un futuro de felicidad y de amor infinito.

-“¿qué acaba de suceder?”, pregunto el perro.
El gato respondió: -“Esa persona era un rescatador” y le relató: -“Los animales que se inclinaron en muestra de respeto son los que no fueron queridos en su vida. Los más afortunados solo encontraron el cariño de sus rescatadores. Aquí, la llegada de un rescatador es un acontecimiento grande y solemne, y en honor a ellos se les concede realizar un acto final de ayuda; se les permite acompañar, a través del Puente del Arco Iris, a todos estos pobres animales hasta el Cielo”
El perro meditó, y luego dijo: -"me gustan los rescatadores".
- "También al Cielo, amigo mío. También al Cielo", contestó el gato. Y juntos cruzaron…

1 comentario:

  1. Ala que hacia días que no nos hacias llorar eh? Me ha encantado de verdad. Y estoy contenta YO SOY RESCATADORA Y TU Y GRACIAS A DIOS MUCHOS MAS.
    UN BESAZO

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