lunes, 8 de junio de 2009

Bony


El jueves 4 de junio, el teléfono de la protectora alertaba a los voluntarios ante la llamada efectuada por una patrulla de la policía local. Un perro abandonado vagaba por la entrada del cementerio viejo de Monzón, parecía haber sido atropellado y se refugio en los jardines de la entrada. Cuando la mañana del viernes 5 pudo ser recogido me lleve una de las mayores impresiones al ver el estado del animal. Recogí a un perro cojo, con heridas abiertas en la pata que no podía apoyar y con una costra que le cubría totalmente la cara y que casi no le dejaba ver. El perro pese a las heridas y al dolor no demostró ningún signo de agresividad, probablemente se había resignado a su triste final y ya no le importaba lo que le pudieran hacer. Esa misma mañana nuestra voluntaria Ilona lo llevo a la veterinaria en brazos, sin importarle si lo de la piel pudiera ser contagioso, y tras el examen veterinario se confirmo afortunadamente, que la enfermedad cutánea no era sarna (como en un principio se pensó), y que probablemente se debía al mal estado generalizado del animal y que su pata no estaba rota, aunque su salud era muy delicada.





Han pasado varios días, y tenemos esperanzas, nuestro amigo tiene apetito, apoya la pata de vez en cuando, duerme caliente con comida y agua, lo estamos medicando y los voluntarios lo cuidan.

Por cierto, se llama Bony por lo bueno que es y esperamos que pronto encuentre una familia.