martes, 23 de noviembre de 2010
NOTICIAS PERRUNAS Y OTRAS ANIMALADAS
Todos los domingos en el Diario del Alto Aragón en la sección “Animales” los Veterinarios del Centro Veterinario Los Olivos de Huesca nos dan consejos sobre nuestras mascotas. Hace un par de domingos se hacían la siguiente pregunta: ¿Los perros son humanos?. Os hago un resumen de lo que opinan los expertos al respecto. Parece científicamente comprobado que los únicos seres vivos que tenemos consciencia somos los humanos, sin embargo esta apreciación parece contraria a la visión que tenemos de nuestras mascotas, en las que observamos en sus ojos sentimientos internos y emociones como la alegría, tristeza, celos, frustración….Pensamos que entienden lo que les decimos. Lo cierto es que es posible que puedan reaccionar a los estímulos sin experimentar las emociones que sentimos los seres humanos. Varios estudios demuestran que el hombre y el perro tienen la misma red emocional básica compuesta por 7 sistemas diferentes. La evolución de estos sistemas emocionales con orígenes anatómicos similares funcionan con un sistema de feed-back para indicarnos a nosotros y a nuestros perros si las cosas van bien o mal. La angustia y miedo que producen en los cachorros la separación de sus madres puede ser paliada con nuestras caricias. Esto es debido a que el contacto físico produce la liberación de unas sustancias químicas del cerebro denominadas endorfinas. Las caricias son una recompensa a nuestras mascotas y se puede utilizar para el adiestramiento. Lo que no comparten con los humanos es la habilidad para recordar las emociones y meditar sobre ellas. Un perro que, por ejemplo, se queda solo, no sabe pensar conscientemente como reaccionar para solucionar la situación, y podrá reaccionar labrando, mordiendo cosas o arañando las puertas. Una de las emociones más desarrolladas en las mascotas es la de buscar. La búsqueda les motiva, pero también les puede crear grandes frustraciones. También desarrollan emociones de atención queriendo estar con su amo, lamiéndolo y tocándolo. Esto tiene gran importancia, por ejemplo, a la hora de corregir una actitud que no nos gusta. Si, por ejemplo, el perro hace sus necesidades en el suelo y al llegar a casa nos damos cuenta, va a servir de poco aplicarles un castigo o mostrar nuestro enfado porque ellos no serán “conscientes” de lo que les estamos reprochando. El conocer los mecanismos que provocan que nuestras mascotas tengan vidas mentales ricas y que tengan emociones tales como alegría, tristeza nos debería obligar a que nos aseguremos de que sus vidas sean satisfactorias emocional y físicamente. El perro necesita tener una vida natural y comportarse como tal y como ha evolucionado su comportamiento. Cuando nos planteamos tener una nueva mascota hay que considerarla como un nuevo miembro de la familia con una vida emocional completa, satisfactoria y sin ansiedad. Hasta la semana que viene, sed buenos y responsables con vuestras mascotas. Hazte voluntario.
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